domingo, marzo 17, 2013

Fernando Trueba y la norma del desprecio

Leo unas fascinantes declaraciones de Fernando Trueba en las que arremete contra el cine de acción y contra los superhéroes, los califica de "imbecilidad" y coloca detrás de nombres como los de James Bond o Spiderman el término "gilipollas". Dicho eso, asumo que queda claro que lo de "fascinantes" para referirse a lo que ha soltado Trueba va con una ironía de la que el grueso lenguaje de Trueba no ha hecho gala precisamente. Cualquiera que me conozca un poquito o que haya leído algo de que he escrito aquí o en esos otros sitios que enlazo en la columna de la derecha sabe que, por decirlo de una manera suave, no comparto el punto de vista de Fernando Trueba. Podría recordarle la gran cantidad de autores, creadores y, sí, artistas, que han trabajado con esos personajes que él considera "gilipollas", en el cine y en tantos otros medios de expresión. O podría decirle que el negocio en el que él trabaja se sustenta en parte gracias a la gente que paga entradas por ver lo que él tacha de "imbecilidad".

Pero si seguimos leyendo lo que ha dicho este insigne director español encontramos la más que probable causa de que su mensaje sea tan arisco, agresivo y desagradable para  una notable parte de la industria que le da de comer y otras que dan de comer a otros muchos profesionales, que a priori tendrían que merecerle el mismo respeto que asumo que proclamara ante cualquiera evaluación de su trabajo, y, aún mejor, proporcionan horas de diversión y entretenimiento a millones de personas en todo el mundo. Dice que está escribiendo la secuela (¿eso de hacer secuelas no era de mediocres y gente sin ideas?) de La niña de tus ojos y que todavía no tiene financiación para rodarla. ¡Acabáramos! Si todo era eso, podía haberlo dicho antes. Que como no hay un duro para hacer cine en España (y eso es otro tema del que podríamos hablary mucho), hay que llamar la atención de alguna manera para que el nombre del personaje en cuestión aparezca en los titulares, los aficionados del cine de acción y de superhéroes armen un poco de jaleillo, las élites intelectuales se pongan del lado de Trueba y haya alguien que le dé unos milloncejos para hacer su película.

Genial estrategia. Porque ¿para qué va a poner uno en valor nuestro propio trabajo si podemos insultar y despreciar el de los demás? ¿Por qué vamos a defender los valores del cine propio si podemos arremeter contra el ajeno? No es que me sorprenda, porque viene a ser la forma de vida de mucha gente. De demasiada. No importa qué esté pasando en el mundo, siempre va a haber alguien que lo menosprecia. Twitter es una herramienta fabulosa para entender el odio que encierra la gente en su interior y que deja salir desbocado, por supuesto con el gran amparo del anonimato o la distancia, cuando se topa con algo que no le gusta. Da igual que sea el cónclave para elegir papa, un partido de fútbol, la carrera de Fórmula 1 o el programa de televisión de turno. Por lo visto, no hay que desperdiciar ninguna ocasión para mostrarse intelectual, personal y moralmente superior a los demás, pobres incultos ignorantes que pierden el tiempo con cosas que nosotros sabemos (no creemos, no pensamos, SABEMOS) que son una auténtica basura, para juzgarles con dureza por rebajarse a niveles que consideramos deleznables. Qué bien iría el mundo si respetáramos a los demás. A ellos y a sus gustos.

No sé cuántas películas de acción o de superhéroes habrá visto Fernando Trueba para lanzar semejante juicio de valor (hace poco que me han regalado tres de ellas en blu-ray; ¿en qué me convierte eso a mí a sus ojos?). La verdad es que tampoco me importa, porque su forma de opinar sobre ellas le descalifica sin llegar a entrar en si tiene o no razón. Alguien que se dedica precisamente al mundo del arte y del entretenimiento tendría que saber que hay incontables formas de llegar al éxito, de encontrar un público, de alcanzar el corazón de su audiencia. Y ahí hay dos opciones. O no lo sabe y es, por tanto, mucho más ignorante que las personas a las que ha querido menospreciar con sus palabras, o sí lo sabe y entonces es simplemente un aprovechado al que no le importa pisotear a los demás con tal de conseguir su objetivo. En ambos casos, me parece una persona que se merece todo mi desprecio como espectador y como consumidor de lo que intenta venderme. Súmese a este desprecio el que me produce toda aquella manifestación que insulta a quien simplemente quiere disfrutar con algo, por mucho que a mí no me guste. Porque si no me gusta, no lo veo. Pero, desde luego, no voy a ir por ahí sintiéndome tan endiosadamente superior a los demás.

6 comentarios:

Doctora dijo...

Ya es cansino escuchar a los cineastas españoles meterse con el público porque no van a ver sus pelis.

"Rodada en francés, en blanco y negro y sin apenas diálogos, la trama discurre en el taller de un escultor galo octogenario que, en la Francia ocupada de 1943, revive su vocación artística con la llegada de una joven exiliada española".

Eso he leído sobre su última peli. Supongo que deberíamos ir en masa a verla.

Lo fuerte es que sigan poniendo pasta para que gente así haga más pelis.

Speedygirl dijo...

El problema es que ya nadie tiene el más mínimo respeto por nadie ni por nada. Pero en fin, está claro que los insultos descalifican más al que los dice, que sobre el tema que los dice... Y al Trueba en este caso se le ve el plumero a tutiplén.

Lola dijo...

Pues si ha dicho todo eso es un imbecil.
Debería quedarse calladito y no ofender porque a lo mejor el productor que pensaba darle la pasta para su película se ha sentido insultado y...... ya no la suelta.

El Impenitente dijo...

Entonces a Trueba no le gustan las películas de acción y quiere hacer otra película situada en la España de posguerra.

Pues vale.

A mí no me parecen mal los iconoclastas, pero mientras sean consecuentes. Y Trueba me parece que no lo es. De acuerdo contigo. Pretende demostrar su superioridad menospreciando a los demás. Y no. Recuerdo una vez que a Sade le preguntaron por Madonna. Respondió -provocar es muy fácil. Escribir buenas canciones es algo más complicado. Pues eso, don Fernando, menos insultar y más hacer alguna película decente.

ElQuintoPuntoCardinal dijo...

"Buena" forma de llamar la atención. Menospreciar no sólo a parte de la industria, sino a aquellos que consumen y disfrutan dicho género. Y creo que lo segundo es más insultante, por la parte que le toca.
Lo peor es que conseguirá aquello que se ha propuesto y le darán esa ayuda económica que le hace tanta falta. Siempre hay un roto para un "descosío"

Saludos.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Doctora, lo que tendrían que entender es que cada película tiene un público determinado, y que el espectador de una puede ser también el de otra. Si desprecia al espectador de una, se ganará su desprecio. A mí me cayó simpático por su discurso cuando recogió el Oscar por 'Belle Epoque' (que me aburrió) y decir que creía en Billy Wilder, pero ha pasado tanto tiempo desde aquello que ya no me queda aprecio para él...

Speedygirl, efectivamente. Qué poquito respeto tiene tanta gente por los gustos, formas de ser o actividades de los demás. Pero qué poquito. Y qué pena, porque todo puede convivir sin hacer daño a nadie...

Lola, a mí es que estas tácticas no me gustan. Prefiero hablar de lo que hago, de lo que sé hacer, del público que me presta su atención que no arremeter contra los demás porque no hacen las cosas o piensan como yo. Absurdo.

Impenitente, si ya de por sí Trueba no había conseguido engancharme con sus películas, imagínate ahora que ha abierto con sus palabras el maravilloso mundo de los prejuicios...

ElQuintoPuntoCardinal, pues sí, parece un tanto absurdo morder a la mano que le da de comer, sean productores o, sobre todo, público. Peor para él.