martes, agosto 07, 2012

Una limpia ideológica siempre es una mala noticia

Con el cese de Ana Pastor, el asunto ha cobrado relevancia y ha llegado a los titulares, pero esto venía gestándose ya desde hace tiempo. TVE vuelve a ser el coto privado del PP, ahora dominado por Julio Somoano, un periodista que abrazó públicamente el lado oscuro en Telemadrid y que ahora se cobra la recompensa de tantos años de esfuerzo. Ana Pastor es el rostro de la limpia ideológica que hace el partido en el Gobierno en la televisión pública, pero no es el único. Es, quizá, el más simbólico, por ser el más esperado. No en vano varios dirigentes del PP ya alardearon de lo poquito que le faltaba a la periodista en el Ente Público una vez que su partido ganara las elecciones de finales del pasado año. Como con todo lo que está haciendo este Gobierno, lo de TVE tampoco me ha supuesto sorpresa alguna. Si acaso, por lo mucho que han tardado en devolvernos a la caverna más oscura del periodismo público, esa que, pese a quien pese, se comenzó a olvidar en las dos últimas legislaturas.

Comentaba este tema con unos amigos hace un par de días. "Eso lo hacen todos", me dijeron. Es verdad, TVE siempre ha sido un juguetito en manos de Moncloa. Ganar unas elecciones implicaba colocar a periodistas afines en los centros de poder de la radiotelevisión pública y que sus mensajes comenzaran desde las elecciones a esquinarse en el espectro político de una forma tan sesgada como evidente. ¿Lo convierto eso en algo menos censurable? No. Pero en todo caso hay diferencias entre estos y "todos" los demás, porque además el momento en que esto llega multiplica su efecto. Supongo que habrá que asumir el pago de alguna que otra indemnización en los despidos que lleguen. O que se dupliquen sueldos al colocar a amigos que sustituyan a profesionales que ahora irán a pasillos o a galeras. Eso, dado que me suena que seguimos en un momento en el que el Gobierno recorta servicios básicos pero parecen no importarle estas cosas, ya huele mal.

Pero huele peor si lo miramos desde el punto de vista del periodismo, esa noble profesión cada vez más hundida en el fango y la podredumbre que pierde credibilidad a pasos agigantados y yo no sé si podrá recuperarla alguna vez. Insisto, le duela a quien le duela y no sin dificultades, TVE había conseguido readquirir una cierta aureola de independencia y calidad en los últimos siete años, desde que Zapatero llegó a la Moncloa. No soy un ferviente fan del periodismo actual, ni siquiera del de TVE. Soy, en cambio, de los que se lleva las manos a la cabeza con lo fácil que parece hoy en día editar y emitir un informativo y lo asumibles que son errores de calado y de simple anecdotario sin que haya consecuencias. Pero habíamos avanzado. Ojo, que veníamos de la negra etapa en la que Alfredo Urdaci se convirtió en el primero director de informativos de TVE condenado por manipulación (aquel histórico y vergonzoso momento de "ce ce o o" al leer el propio Urdaci la sentencia con la que manchó a la televisión pública, entonces más de partido que nunca), y aún así el Ente Público había remontado el vuelo y recuperado algo de reputación.

Hace años entrevisté a Ana Pastor y me dejó alguna frase que ahora cobra más sentido que nunca. Soy un ingenuo para muchas cosas pero para esto no. Sabía que iba a suceder. Y lo sabía porque el PP y sus afines ya aprovecharon el buen momento de TVE para dejar su sello. Ana Pastor vivió en sus propias carnes algunos de los episodios más sonados, por ejemplo cuando la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, lamentó en directo, en Los Desayunos, una falta de pluralidad de TVE que no se sostiene con ningún dato. Pero lo dijo, y algo quedó entre los suyos, por supuesto. También recuerdo en 59 segundos a Miguel Ángel Rodríguez, portavoz del Gobierno en la primera legislatura de José María Aznar, llamando "nazi" repetidas veces y con un gesto de odio al doctor Montes, ya absuelto por la Justicia. Episodios más o menos anecdóticos que confirmaron una triste realidad. TVE es un juguete para el PP, un juguete que se puede romper si están en la oposición y un vehículo de propaganda si están en el poder. Aunque se haga siempre, es triste que lo asumamos y no nos rebelemos. Yo, desde ya, veto los Informativos de TVE como en su día veté a los de Telemadrid por su caza de brujas ideológica y su partidismo descarado. No quiero volver a vivir otro "ce ce o o".

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