sábado, diciembre 04, 2010

Wikileaks y el fracaso del periodismo

Me impacta el fervor periodístico con Wikileaks. No porque esta organización no sea necesaria, que lo es para que el poder no se perpetúe en sí mismo y con sus normas ajenas del desarrollo del resto del mundo. No porque lo que ha divulgado hasta ahora sea importante, que lo es (al menos, en buena medida), a nivel internacional y también a nivel nacional (de muchas naciones). Lo que me impacta es eso, que la prensa lo ha recibido como un fenómeno del que sacar partido en lugar de lo que realmente es, la mayor constatación mundial del fracaso del periodismo. Wikileaks no es periodismo en sentido estricto. Sí, divulga información, pero no la procesa. No la analiza. No la selecciona. O al menos no la selecciona con criterios periódisticos. Wikileaks hace el trabajo de campo, la investigación, la localización de las fuentes. Pero se detiene ahí. Su publicación es masiva y deja en manos de los medios de comunicación tradicionales el resto de las funciones que, tradicionalmente, han ejercido los periodistas.

Y digo que es un fracaso del periodismo porque revela que durante años ha habido periodistas que han aceptado versiones oficiales que ahora se descubren falsas como poco. Porque han hipotecado su prestigio y su profesionalidad por ponerse del lado de dirigientes que en el mejor de los casos les han engañado (y con ellos, a sus miles -¿millones?- de lectores o espectadores, quienes sufren un doble engaño, el de sus dirigentes y el de quienes tienen que controlar al poder). El periodismo hace muchos años que se ha olvidado de lo que significa, de cuál es su labor. Ahora el corresponsal de guerra es el director de un medio de comunicación que viaja con su chaleco antibalas en la delegación de un ministro de Defensa de un país cualquiera. El que se mete entre las zonas de guerra con su cámara y su grabadora (bendita grabadora, antes tenía que ser sólo una libreta), con un conocimiento del idioma o con un traductor local ya es sólo un loco que más que información lo que busca es que lo maten y que hace documentales fantásticos que no mucha gente ve.

La versión oficial es cómoda. Se puede escuchar desde una confortable oficina. Y nada tengo en contra del periodismo de oficina, en realidad me parece tan importante como el de investigación o el de calle. Pero hay periodismo que exige calle. Hay periodismo que exige investigación. Una guerra o la relación entre dos países sólo puede beber de las fuentes. Secretas muchas veces. Trabajadas siempre. Pero no de los comunicados oficiales. No de las versiones institucionales. Nunca con las notas de prensa que uno recibe en su correo electrónico como única o principal fuente de información. Jamás de entrevistas pactadas con preguntas cercenadas. Wikileaks ha venido a demostrar esto con su publicación masiva de informes. El periodismo está aletargado, es sumiso al poder, no tiene ganas, voluntad ni ilusión de colocarse en el lugar que le corresponde, el del control del poder, no en el de su acompañante. No quiere porque aquello es más cómodo. Porque reporta más beneficios para sus cabezas visibles, mientras el pobre redactorcillo de a pie se cabrea cuando le cambien el texto de una pieza o le digan que su enfoque no tiene interés real. Y lo que realmente sucede es que no le interesa al poderoso.

Wikileaks ha venido a enfrentarse al poderoso, y sólo eso ya le da una importancia capital. Que empresas (como Amazon) hayan optado por restringir la libertad de expresión, ya les pone en el buen camino. Pero reconozco que me queda una duda. Tengo la sensación de que no importa qué desvele Wikileaks, porque nada va a cambiar. Lo que hasta ahora ha ido revelando, en realidad, ha venido a confirmar documentalmente cosas que ya sabíamos (sí, lo de Aznar también: quien ha querido escucharme, sabe que mantengo la teoría de su posible regreso, y en las razones en las que lo argumenta el propio ex presidente, desde que anunció su marcha). ¿Qué sucederá si revela algo realmente sorpredente, relevante, chocante o desconocido? ¿Y si realmente las teorías conspirativas más divertidas y peregrinas tienen respaldo documental en las próximas revelaciones de Wikileaks? ¿Pasará algo? ¿O continuará el letargo social y periodístico en el que vivimos? Esa es mi duda. Wikileaks arriesga mucho. Sus responsables más todavía. Y no sé si servirá para algo. Es duro tener esa duda. Como la certeza del fracaso del periodismo.

10 comentarios:

Claire dijo...

Un post muy interesante, que yo del tema de wikileaks no entiendo. Pero espero que el periodismo no fracase. Estar allá dónde se produce la noticia, buscar información, entrevistar... suena super apasionante.Que la vocación no caiga.
Un abrazo y feliz finde.

Camilo dijo...

Lo que Wikileaks tiene de fuente el periodismo lo ha tratado como noticia. Se trata de información sesgada, fuera de contexto, sin complementos previos o posteriores que acotarían o desmentirían. Ahora el señor este dice que también hay cables sobre OVNIS. Para ser coherente El País debería ponerlos en portada, con su correspondiente boceto explicativo. El problema que tiene el periodismo actual es que aún no sabe cómo responder al exceso de información. Faltan luces y sobran chispas.

Mark de Zabaleta dijo...

Totalmente de acuerdo con vosotros. Mucha información no muy bien procesada.


Mark de Zabaleta Herrero

José Vte. dijo...

Se nota que eres un periodista de vocación.
Yo creo que Wikileaks, con todo y ser necesario que se sepa la verdad, es algo peligroso, todos, en el fondo sabemos, que lo que nos cuentan es lo que queremos oir, o por lo menos lo que es políticamente correcto oir y saber, para tener un "entente" cordial entre los paises, pero es que en realidad, lo que mayoritariamente está sacando a la luz Wikileaks, no dejan de ser meros cotilleos de salón, que poco o ningún favor le hacen a la estabilidad mundial, ya que crea un clima de desconfianza sin aportar nada realmente transcendente, y que en el fondo no supiéramos.

Un abrazo

Lola dijo...

Buen post, Juan. Wikileaks le ha dado un palo a EEUU con sus revelaciones, pero es verdad lo que dices: eso no es periodismo.
Sería estupendo que los grandes periódicos contrastaran y relataran estas noticias que creo que no serán las más importantes que veamos. Al tiempo.
Un abrazo Lola

Juan Rodríguez Millán dijo...

Claire, la verdad es que es un tema compleja porque hay demasiada información qur procesar. Y, sí, el periodismo es apasionante, al menos para los que lo vivimos así. Pero es difícil que subsista ahora mismo, soy muy pesimista viendo lo que veo.

Petrarca, es cierto que hay mucha información sesgada y fuera de contexto, pero es cierto que tiene mucha utilidad. No me preocupa tanto que en España El País haya querido destacar unas u otras filtraciones, sino el fenómeno en sí mismo. Eso sí, estoy plenamente de acuerdo en que el exceso de información y su incapacidad para procesarla es uno de los grandes problemas del periodismo actual, me ha gustado mucho esa reflexión tuya.

Mark de Zabaleta, pues sí, es uno de los grandes problemas. Pero, claro, procesar la información consume tiempo y recursos. Algo que los medios no parecen muy proclives a conceder hoy en día.

José Vte., justo ese que mencionas es el peligro de coger un inmenso paquete de documentos y lanzarlos al ciberespacio. Procesar la información y seleccionar lo realmente útil y trascendente es vital.

Lola, pues seguramente tengas razón y todavía nos quede por ver algo mucho más gordo. Y a ver qué pasa entonces. Contrastar es el gran caballo de batalla del periodismo, ese que cada vez parece importar menos. Si alguien dice algo, por muy falso que sea, ya es noticia. Y eso no tendría que ser así.

C.C.Buxter dijo...

Me esforzaré por no hacer otro comentario kilométrico, jeje.

Wikileaks no es periodismo, pero molesta al poder mucho más que los periodistas, algo que debería mover a la reflexión... ¿Son relevantes sus informaciones? Hombre, pues algunas, como se dice, no dejan de ser meras opiniones o cotilleos diplomáticos, que si se publican llaman la atención pero que, en privado, son totalmente normales. Como le dijeron a Hillary Clinton desde Europa: "no se preocupe, debería oír lo que nosotros decimos de usted".

Pero junto a estos chismes, hay informes que desvelan noticias muy importantes. A mí me parece relevante que, en público, los paises árabes apoyen a Irán y, en privado, pidan a EE.UU. que le ataquen; me parece relevante que la inteligencia americana considere que los servicios secretos paquistaníes dan apoyo al terrorismo; y también me parece relevante que el gobierno español maquine codo a codo con la embajada estadounidense para torpedear procesos judiciales.

Algunas cosas de las publicadas ya se sabían (por ejemplo, las presiones estadounidenses para modificar la legislación española sobre derechos de propiedad intelectual), pero ahora tienen un soporte documental valioso.

Por último, Petrarca se refiere a los ovnis. No sé exactamente qué habrá dicho Assange al respecto, pero frecuentemente se cae en el error de identificar a los ovnis con los extraterrestres, cuando, como su propio nombre indica, un ovni no es más que un objeto volador no identificado. A este respecto, en los últimos años son varios los países (Francia, Reino Unido, creo que España en parte) que han desclasificado masivamente documentos secretos sobre ovnis, dando luz a las investigaciones oficiales llevadas a cabo, resolviendo la mayoría de estos casos y dejando una minoría de ellos como no resueltos. Pero de no poder explicar un caso a creer que es cosa de los marcianos va un abismo.

Anónimo dijo...

Como comenzar... Estoy relativamente seguro de que el camino correcto es el camino de enmedio. Es decir, tanto el periodismo actual como WL se denominan medios de información, pero de que se trata? de mostrar documentos, hechos, videos y fotografías y que el observador decida? o bien procesar la información, y argumentarla en función de la ideología del medio?.
Es ciertamente cansino prestar atención al medio de publicación que leen las personas de nuestro alrededor, para descubrir su ideologia. Causa sarna urticante ver la misma información en diferentes medios tratada de forma, no diferente, sino opuesta. El panorama informativo, al igual que el idioma, la cultura, la musica y demás es una herramienta de diferenciación, de separación, una etiqueta que nos cuelga de algun lado de la ropa y que nos dice a quien y a quien no, debemos creer. Y entonces llega WL, información pura y dura, datos (según parece contrastados correctamente desde su origen) que nos golpean al ritmo de 30.000 documentos por noticia. Para los detractores de WL tranquilos el origen del medio es su muerte, su futuro es tan sencillo como consultar en la red cualquier interrogante que se nos pueda plantear, "es buena la leche?", "que camara de fotografías compro?", "jugó bien el Real Madrid?".... Llega un punto en el que es mejor menos que más, porque más supone mezclar conocimientos, información con opiniones y las opiniones son eso particulares de cada ser humano.
Si me preguntan, si, me interesa WL, pero tambien si la leche es buena para la salud o si el Madrid jugó un buen partido, aunque como estas dos ultimas, seguiré respetando mi propia opinion, que en definitiva tiene tanto valor como las otras.

Mark de Zabaleta dijo...

Tal vez en ese "medio" esté la virtud. Tomar de cada recurso informativo aquello que es positivo.

Trilce dijo...

Siempre he pensado que mucha literatura es más periodística que algunos periódicos, en el sentido de que la información que transmiten está más procesada, depurada y refleja mejor la realidad. Y esos casos son los casos en los que la única versión es la versión oficial. Aquí puede que pase lo mismo: si el periodismo ya no se molesta en buscar, quien busca contribuye más al periodismo que el propio periodista. Por lo menos a algunos os hace reflexionar, que ya es bastante.