miércoles, abril 16, 2008

Ni tanto, ni tan poco

A raíz del nuevo Gobierno de Zapatero, llevo unos días quejándome del error que cometen aquellos que piensan que ser mujer (o ser hombre, que para el caso a mí me da igual...) es un mérito en sí mismo. Me quejo de que la única valoración que se haga de alguien que llega a un Consejo de Ministros sea "mujer, catalana y embarazada", como se está diciendo de la nueva titular de Defensa, Carme Chacón. Nadie mira el currículum o sus méritos profesionales. Pero si me quejo de aquellos que aplauden con las orejas la llegada de las mujeres sin preocuparse de si son válidas o no (único criterio que debiera contar a la hora de hacer cualquier nombramiento, en cualquier esfera de la vida), me quejo también de lo contrario. Ni tanto, ni tan poco. ¿Tanto cuesta hacer críticas razonadas del trabajo de un político?

Pues parece que sí, porque lo que se está oyendo estos días en algunos medios de comunicación para criticar a algunas de las ministras es sencillamente aberrante. El incomparable Federico Jiménez Losantos sigue utilizando la emisora de los obispos para propagar el odio y, sin conocerla de nada, sin darle esos cien días de cortesía que suelen otorgar a quien llega a un Ministerio, ya ha catalogado muy negativamente a la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, a quien no ve méritos para haber llegado ahí. "Como no haya ganado algún torneo de peteneras", dice. También tiene palabras para la nueva ministra de Defensa, quien, según Jiménez Losantos, dirige ahora "el ejército de Carmencita Pepis".

ABC, después de haber sufrido un cambio de director que me abstengo de valorar por cuestiones personales que no sé si sería capaz de evitar, también ataca. En sus páginas, Juan Manuel de Prada dice que "para abastecer su gabinete de tías, Zapatero ha buscado debajo de las piedras" (quizá porque en su partido hay muchas "tías" y algunas de las que los profetas periodísticos apostaban que llegarían a un Ministerio, como Trinidad Jiménez, se han quedado por el camino).

En las líneas del mismo periódico, Antonio Burgos asegura de Chacón que "no pone el menor ardor guerrero cuando tenga que gritar un '¡Viva España!' que se le nota a chorros que le da asco". Y quien no haya visto o no recuerde el mítico anuncio del Scatergoris, no entenderá la gracieta del autor de estos artículos de opinión al afirmar que acepta a la nueva ministra de Defensa "como animal de compañía, de batallón, de regimiento, de brigada y de división". Para qué darle más vueltas a la evaluación de los méritos o deméritos de la ministra en cuestión si David Gistau, en las páginas de El Mundo, ya ha encontrado la mejor forma de definirla: "Carmen, la del bombo". Con un par.

Y llegamos a La Razón, ¡ese gran bastión ideológico de la prensa española! En este diario, Iñaki Ezkerra dice que "nombrar a Aído parece del Gran Hermano, no sé bien si orwelliano o televisivo". Javier G. Ferrari, también en La Razón, se preguntaba "si Chacón va a coleccionar soldaditos de plomo para su retoño". Cristina López Schilichting, gran nombre de la COPE por otra parte, escribe en este mismo diario que "entra en un cosmético Ministerio de Igualdad una chica de 31 años cuyo mayor mérito es haber fomentado el flamenco en Andalucía... y hay que callarse porque es mujer". Si aplicáramos la doctrina Schilichting, podríamos decir lo mismo en muchos campos de la vida con absoluta seguridad...

Esto es periodismo, señores. Al menos lo que algunos entienden como periodismo. Valorar los méritos profesionales de los nuevos ministros no está en la agenda de estos periodistas. Lo importante es entrar en la carrera por decir la tontería más inmensa, más sonora y más ingeniosa que se les ocurra, sentados delante de su ordenador o de su micrófono, tan lejos del mundo real que empieza a asustar. Incluso en el caso de que tuvieran razón y las ministras hagan méritos con su trabajo para ser criticadas, la forma en la que lo han hecho, sin esperar siquiera en algunos casos a conocer de ellas más que su nombre, edad y procedencia, les descalifica como profesionales de la comunicación. Por supuesto, van a seguir a lo suyo. Porque es lo único que saben hacer. Yo lo seguiré lamentando porque eso, para mí, no es periodismo y nunca lo será.

Pero, claro, si esto es lo que nos dejan los supuestos profesionales de los medios de comunicación, recurrir a la política para encontrar valoraciones inteligentes es imposible. No, en realidad es para llorar. El inigualable (nótese el tono irónico en el adjetivo...) Silvio Berlusconi ve al Gobierno de Zapatero "demasiado rosa". Y, lo que es peor, es capaz de explicarlo. "¡Nueve mujeres! ¡Él solo se lo ha buscado. Le costará dominarlas", añadió el próximo primer ministro italiano. Pobres italianos, de nuevo bajo su mandato... En España, el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, ese que lleva no sé cuánto tiempo sin convocar una rueda de prensa para someterse al control del cuarto poder, hace un sesudo análisis de los méritos de la ministra de Igualdad. "Le mola mucho ser ecopacifista, le mola". Y añade: "Va con una guitarra". Lo dicho, un sesudo análisis.

Me imagino que todas estas estupideces se califican por sí solas. Yo, desde luego, no voy a buscarles adjetivos. Bastante he hecho con perder unos minutos de mi tiempo para reproducir sus ocurrencias, tan faltas de talento como de gracia, que no hacen sino manchar una profesión tan hermosa como es la del periodista.

7 comentarios:

Victoria Cáceres dijo...

Lo cierto es que han corrido ríos de tinta con el tema; cosa, que demuestra, una vez más que la mujer no está integrada plenamente en esta sociedad, ni de lejos. España es un país machista, sólo hay que mirar los comentarios de los periodistas, viandantes y ciudadanos de a pie.

Una pena, que la evolución "cara a la galería" tenga un trasfondo tan pobre y tan cutre.

Sonríe dijo...

me gusta un montón leerte. te lo digo siempre, soy poco original. y me gusta que hagas estos análisis. porque a veces es como si leyera mis pensamientos en tu blog.
gracias.

Camilo dijo...

Sí, el fenómeno es curioso. Pero no estoy de acuerdo en que sea machismo. Escasa capacidad humorística seguramente pero no machismo, porque todos los periodistas que has citado son pro-Esperanza Aguirre, excepto los de La Razón que son "rajoyistas" en su mayoría. España no es un país machista. Por suerte dejó de serlo hace tiempo y no precisamente gracias a cuotas y discriminaciones sino al "coraje" (llamémoslo así) de esas mujeres que han conseguido abrirse paso hasta llegar a ser, incluso, mayoría en sectores como la enseñanza, la sanidad, el mundo editorial y en tantos otros puestos capitales sin la necesidad de hacer servir sus estrógenos como salvoconducto. Asegurada la libertad la lógica se impone.

David Gistau es un gran escritor (en mi opinión mejor escritor que periodista) y, aunque no he leído el artículo en donde dice lo del bombo, me parece una expresión ingeniosa. Se le ha dado mucho bombo a su bombo, tanto que no es descabellado pensar que la gestación le ha dado puntos para estar donde está. No es machismo, es crítica a esa política de la imagen que a Zapatero tanto le gusta exhibir.

Aguirre (Esperanza) ha dicho que elegir a tantas mujeres es una de las mejores cosas ha hecho Zapatero. Estaría de acuerdo si eso fuera una estadística a posteriori y no una estrategia. No se puede ir por la vida pidiendo el DNI a la gente para tomar decisiones.

Camilo dijo...

Y he dicho DNI por no decir entrepierna.

Me olvidaba de Camps: Camps es un capullo con pintas. Todo lo contrario que Rita Barberà.

Silvia dijo...

Tenemos el país que nos merecemos, no puedo decir más. Y hay ciertos periodistas que vamos... igual va a tener razón Berlusconi y se vive mejor sin prensa, jajaja, no que es broma...

Lo de la cuota de igualdad y estas cosas, yo no estoy muy de acuerdo con lo de la discriminación positiva, si en el gobierno tiene que haber sólo ministras, porque son mejores, que las haya, pero eso de que tenga que haber mujeres porque sí, no me parece muy buena idea. Es un poco como tirarnos piedras contra nuestro tejado. Pero claro, también pienso que puede que sea la única manera de avanzar, viendo algunos hombres que tenemos sueltos por ahí, así que no sé, estoy hecha un lío...

Bss.

Anónimo dijo...

El tema de mujeres en el gobierno se está tiñendo de mofa, y eso ya no me gusta. Eternos críticos de la prensa rosa, analistas políticos experimentados, o se supone, están quedando a la altura del betún. La cuestión por lo que veo ya no se limita a J.J. Santos ni al tema de la política. La "prensabasura" también existe.

Besos cálidos Juan.

Besos

Reverendo Pohr dijo...

Desde que comencé a leer artículos sobre estas rigurosas y objetivísimas valoraciones sobre las ministras, me di cuenta de lo útil que es el sentido del humor como una salida a cierta rabia interior acumulada. Tanta comicidad despectiva (puesto que no se exponen a la misma crítica que profieren) se acoje un tradicional y fácil recurso sexista (aunque de ser mujeres afines, la baba se mezclaría con la tinta). No hay nivel para más pero la cuestión es llamar la atención. Y mientras a algunos les hará gracia, a otros les parecerá más repugnante.

No sé como será como escritor, nunca lo he leido, pero como generador de opinión el "del bombo" casi siempre me ha parecido bastante despreciable.