jueves, julio 26, 2007

Quince años desde aquel momento mágico

Es increíble que hayan pasado ya quince años desde aquel 25 de julio de 1992 en el que Epi corría por las calles del Estadio de Montjuic con la antorcha olímpica en la mano, desde que encendió la flecha que Rebollo disparó hacia el pebetero y encendió la llama olímpica. Desde aquel momento que viví con la emoción que siente un crío de catorce años que nunca antes había vivido tan de cerca unos Juegos Olímpicos. Ayer vi esas imágenes otra vez. Quince años después, nada menos que quince años después. Y la piel de gallina volvió a aparecer. Hoy soy un adulto de 29 años que ve esas imágenes con la misma emoción que entonces, y que está deseando volver a ver otro encendido del pebetero.

Qué bonito, qué obra de arte, qué insuperable fue aquello. Ya sé que no es lo mismo revivirlo ahora (sobre todo por parte de quienes no lo vivieron en su día) que verlo en directo, pero esas imágenes forman parte ya del imaginario cultural e histórico de los veinteañeros y treintañeros de este país, por ser quienes siguieron aquellos Juegos Olímpicos con el fervor de la juventud ilusionada. Cuántas cosas han pasado en esos quince años, a nivel personal y a nivel colectivo. Cuántos recuerdos. Algunos tan vivos como éste. No todos tan bonitos, pero todos igual de valiosos. No perdáis nunca la memoria. Momentos como ese no se pueden olvidar. Disfrutad ahora de él tal y como se vivió en su día.

2 comentarios:

C.C.Buxter dijo...

Es curioso porque no recuerdo nada de la ceremonia inaugural o, para ser más exacto, no sé seguro si mis recuerdos son "verdaderos" o más bien se refieren a imágenes que luego hemos visto repetidas tantas veces. Quizá fuese mi edad (diez años recién cumplidos en junio), aunque sí tengo otros recuerdos de momentos que (esta vez sí) estoy seguro que los viví en directo: la victoria de Fermín Cacho, el partido interminable que Jordi Arrese acabó perdiendo, la remontada a Polonia en la final del Camp Nou (por una vez me alegré de que ganase el equipo local), la derrota del equipo de waterpolo en la final, el bochorno de la pelea de la selección de baloncesto con los angoleños... e incluso la ceremonia de clausura en la que, por primera vez, llegué a cogerle cariño a Cobi.

Anónimo dijo...

THE BEST OLIMPIC GAMES EVER!!!!!