lunes, julio 16, 2007

¡¡¡35 faltas y sólo tres tarjetas amarillas!!!


El fútbol está cada vez peor. Anoche Brasil se proclamó campeón de la Copa América que se ha disputado en Venezuela. El juego de Brasil es lamentable en casi todos los aspectos. Lo del jogo bonito ha pasado a la historia, por mucho que le metiera tres goles, y con todo merecimiento, a una Argentina sobrevalorada y decepcionante. Que este Brasil sea campeón cierra (espero) un ciclo nefasto en el fútbol actual en la que una Grecia de fútbol indescriptible es campeona de Europa de selecciones; una Italia con su fútbol italiano de siempre es campeona del mundo; un Milán que tiró una vez y media a puerta se proclamó campeón de la Champions con dos goles en su marcador; y Capello con su pobre ideología futbolística ha hecho campeón en España al Real Madrid. El fútbol mediocre da sus frutos, por lo visto.

Pero al margen de que ese fútbol triunfe, al margen de que los supuestos grandes no den la talla en las finales, al margen del decepcionante papel argentino en esa final, hay un detalle que no quiero dejar pasar por alto. Brasil realizó nada menos que 35 faltas a lo largo de la final. Vamos, que los brasileños hicieron una falta cada dos minutos y medio. Lo más gracioso de todo es que ese juego sucio, marrullero, rastrero y antideportivo sólo les costó tres tarjetas amarillas (en total los brasileños vieron cinco cartulinas, pero dos fueron por perder tiempo).

Las órdenes sistemáticas del tipo de la foto, el seleccionador brasileño, Dunga, de frenar a faltas todas las jugadas de ataque de Argentina contaron con la complicidad del árbitro. Complicidad es la palabra que utilizó Angel Cappa durante la retransmisión, y creo que es acertadísima. Los árbitros se llenan la boca cada vez que empieza la temporada con buenas palabras, con aquello de que van a proteger al futbolista de calidad, de que van a cortar el fútbol violento. Pero llega la hora de la verdad y, o bien se acobardan, o bien nos han mentido desde el principio. ¡¡¡Es inaudito que un equipo pueda hacer 35 faltas en un partido y que acabe con once jugadores!!!

La parte realmente futbolística de toda esta estrategia brasileña es que Riquelme tuvo una veintena de faltas para crear peligro y no lo consiguió con ninguna, fracasando por completo en un día de los grandes, una final de la Copa América. Messi no apareció, Tevez tampoco y Verón demostró (una vez más, no sé cuántas tienen que hacer falta) que es un jugador sobrevalorado en todo. Argentina en conjunto fracasó con un fútbol lamentable, repetitivo, sin ideas y empeñado en repetir jugadas que Brasil desbarataba sin problemas una y otra vez. Pero no por eso hay que omitir las críticas al combinado brasileño, unas críticas que casi ningún medio de comunicación ha hecho en sus crónicas del partido.

Que conste que todo esto no lo digo como forofo (quien piensa eso cuando hablo de mi equipo, la Real) porque me daba absolutamente igual quién ganara la Copa América. Lo digo como apasionado del fútbol, un deporte que se sigue muriendo sin que nadie haga nada para salvarlo. La victoria de ayer de Brasil, por su forma de jugar y por su táctica de faltas, es una puñalada más a este deporte.

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