miércoles, febrero 28, 2007

Las polémicas de Quintero


Una vez que ha pasado toda la marejada por la entrevista a José María García y una vez que Jesús Quintero ha dicho la última palabra, creo que es el momento de analizar todo lo que ha pasado tras la decisión de TVE de no emitir esa entrevista con el antaño líder radiofónico de la información deportiva.
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Lo primero de todo, quiero dejar claro que no me considero en absoluto un fan de Jesús Quintero. No acabo de conectar con el estilo de sus entrevistas ni con su forma de expresarse. Sí que soy un apasionado de las entrevistas (incluso tengo un blog dedicado exclusivamente a este género), pero creo que hay que tener claro qué tiene de interés un personaje, no hay que caer en la trampa de darle la propaganda que busca sólo por ese motivo egoísta y, además, creo que hay marcar distancia con el entrevistado. Entrevistar a un amigo no suele ser fácil, sobre todo a un amigo que no pase por su mejor momento, porque corres el riesgo de caer en la propaganda barata. También creo en la libertad de las entrevistas. Uno de los primeros cabreos profesionales que he tenido fue cuando escuché a unos compañeros de mi ex empresa hablar de que José Bono, entonces todavía presidente de Castilla-La Mancha, había vetado algunas de las preguntas que le tuvieron que mandar con antelación. Hasta el momento, yo no he realizado entrevista alguna (no he hecho muchas, bien es verdad), en la que me hayan vetado nada. Y espero seguir así.
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La cronología de esta historia, para el que no la haya seguido, es la siguiente. Quintero entrevista a García. García lanza acusaciones y descalificaciones, muy en su línea profesional, contra mucha gente, desde Florentino Pérez hasta José María Aznar, pasando por Federico Jiménez Losantos o el nuevo director de RTVE, Luis Fernández. El ente público decide no emitir la entrevista íntegra, sólo la parte en la que habla de Fernández, para que no se piense que esas críticas son el motivo de la no emisión. García anuncia una querella. Y Quintero finalizó la discusión pública ayer, en el programa, asegurando que no comparte la decisión de TVE, aunque la acata, y que no piensa dimitir porque, en todo caso, es "una víctima" de este asunto.
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Quizá no sea muy políticamente correcto lo que voy a decir, y más teniendo en cuenta que soy periodista, pero yo tampoco habría emitido la entrevista con García. Mi juicio se limita a los nueve minutos que colgó El Mundo en su página web (creo que ya ha colgado la entrevista íntegra, pero no la he visto aún). Y realmente creo que lo único que aporta esa entrevista es más follón, del que, sinceramente, estamos ya sobrados en la sociedad española. ¿Merece la pena entrevistar a una persona para que se limite a lanzar acusaciones a personas que no se pueden defender en ese momento? ¿Merece la pena dar un protagonismo que no tiene a una persona en ámbitos que le son totalmente ajenos?
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Yo no creo que estemos ante un caso de censura. Si García tuviera un programa, debería tener libertad para decir lo que crea conveniente. Sería sólo su problema y el del medio que le esté pagando. Pero Quintero tiene un programa en una televisión pública. Y yo me pregunto: ¿debe ser la televisión pública plataforma de enfrentamientos públicos entre distintas personas? Porque, al final, eso es lo único que promueve la entrevista con José María García. A tenor de sus palabras, hay muchas personas que pueden sentirse ofendidas e incluso injuriadas, y podrían acudir a los tribunales. ¿A TVE de verdad le compensa emitir la entrevista en aras de esa pretendida libertad de expresión para verse envuelta en este escándalo? Yo creo que la función de la televisión pública debe ser otra, y debe tener en cuenta su obligación de formar a la audiencia. Las privadas que hagan lo que quieran con su dinero y con sus espectadores, pero la pública tiene otras obligaciones.
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A García la publicidad le ha venido de fábula. Hace años, era el rey de la radio deportiva en España. Todos, y me incluyo, escuchábamos los partidos del domingo con García. Pero, sobre todo por la enfermedad que padeció, lleva mucho tiempo fuera de la circulación profesional. Tengo la sensación, y el tiempo me dará o quitará la razón, que todo este embrollo no es más que una operación de márketing para preparar el regreso de García a algún medio de comunicación. O quizá no, quizá sólo es el deseo de satisfacer necesidades más personales de decir en una televisión pública lo que en otros tiempos no podría haber dicho. Si tiene acusaciones que hacer, García puede conseguir un programa y hacerlas, convocar una rueda de prensa (a la que iría todo el mundo, eso seguro) o acudir a los tribunales si lo considera oportuno.
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Quintero, en cambio, se lava las manos. No deja TVE, pero siente que han quebrantado su libertad de expresión. No lo entiendo, yo no sería capaz de trabajar en un medio que rompe esa premisa básica de mi trabajo, y menos teniendo una posición tan consolidada como Quintero. Ni tampoco entiendo que Quintero esté en la televisión pública, puesto que no cumple con las exigencias que debe tener un medio como TVE. Yo no habría entrevistado a Ricardo Sáenz de Ynestrillas, ultraderechista condenado por un intento de homicidio, como sí hico Quintero. TVE decidió retirar aquella entrevista. Yo no habría entrevistado tampoco a Farruquito, condenado por el atropello mortal de un hombre y pendiente entonces de entrar en prisión. TVE sí emitió esa entrevista, aunque se formó una nueva polémica por el supuesto pago desorbitado a Farruquito por la entrevista. Las polémicas continuarán, y cuando TVE decida prescindir del programa de Quintero, seguro que no faltarán las acusaciones de que el ente público censura a Quintero.

5 comentarios:

C.C.Buxter dijo...

No puedo estar de acuerdo. La prueba más evidente de que ha habido censura es que TVE "había decidido" emitir la entrevista hasta las 18 horas del día en cuestión. ¿Por qué? Porque decidieron que lo que se decía no era conveniente. ¿Pero por qué no lo decidieron antes?

En efecto, TVE (y cualquier otro medio de comunicación) tiene derecho a decidir qué emite y qué no emite; pero una vez ya lo has decidido y lo has publicitado, es muy sospechoso que, de golpe y porrazo, te eches atrás. Pasa como con la famosa obra de Rubianes: si tu tienes un teatro, eliges lo que quieres ofrecer al público; pero una vez que lo has ofrecido, si lo retiras tienes que admitir que no es por la obra en sí.

La excusa de que por medio de una televisión pública no se pueden emitir esas cosas estaría bien si se aplicase en todos los casos. Como dices, el propio Quintero entrevistó a Jiménez Losantos (que no es un ejemplo de moderación, precisamente) y a Farruquito, encima pagándole dinero; y de madrugada emiten un programa, Hora cero o algo así, que por lo que he escuchado tampoco es que se anden con remilgos en los temas a tratar (no llegan a la maldad de Telecinco porque es inalcanzable, claro).

Por otra parte, García tampoco decía nada nuevo; ya lo había explicado a Julia Otero y Buenafuente en otras ocasiones. Insultos no hay, salvo a Luis Herrero; ¿injurias? Eso lo tendrían que decir los tribunales.

Anónimo dijo...

Es que mira que se presta al drama este programa, de corte rosa, por mucho mérito y carrera que se le atribuya a Quintero.

Roi dijo...

RTVE lo que tiene que hacerse es privada y/o subvencionarse sólo con aportaciones individuales de los ciudadanos que quieran colaborar desinteresadamente. Estoy harto de que mi sueldo salga ni un cuarto de céntimo para pagar Mira Quien Baila o Corazón, Corazón, al mismo Quintero o a los responsables de esta programación.

Por otro lado ¿Cuáles son las exigencias que deben cumplirse en un medio como TVE y que Quintero no cumple?

Finalmente recordarte que cuando Aznar et al "censuraron" Caiga Quien Caiga sí te pareció una censura del ente público. Este asunto huele a podrido, y esta vez no es en Dinamarca.

Roi dijo...

Bueno del ente público no, del privado en este caso (T5) pero censura "periodística" al fin y al cabo, a la libertad de expresión y de comunicación.

Juan Rodríguez Millán dijo...

C.C.Buxter, te acepto la sospecha de que puede haber intereses ocultos en la no emisión de la entrevista, pero también es posible que no los haya y que las razones sean más, valga la redundancia, razonables. No sé, yo creo que si hubiera algún interés concreto, se habría omitido sólo esa parte de la entrevista. Además, no creo que se evite de esta forma, porque la entrevista ha llegado al gran público de todas formas, aunque no fuera emitida por TVE.
Y te doy por completo la razón cuando dices que debe aplicarse esta norma siempre. Pero es difícil marcar una frontera entre lo que es adecuado emitirse y lo que no, y ahí radica el problema de los objetivos de la televisión pública.
Ottinger, coincido contigo plenamente en calificar el programa de Quintero como "rosa".
Roi, no existen definiciones establecidas para lo que debe ser una televisión pública. Cuando me refiero a las exigencias de un canal público como TVE me baso en mis propios criterios. Aún así, te adjunto un enlace en wikipedia (en inglés, me temo), donde se dan algunas explicaciones más sobre este tema: http://en.wikipedia.org/wiki/Public_television.
No veo comparables los casos de Quintero y 'Caiga quien caiga'. Primero, como bien apuntas después, porque se trata de un canal privado. Segundo, porque las motivaciones para cancelar el programa no fueron las mismas que para no emitir esta entrevista. Telecinco cedió a unas presiones del Gobierno de Aznar. A Quintero no le han retirado un programa, le han impedido que emita una entrevista. Ni las causas ni el efecto es el mismo. Pero es muy difícil establecer comparaciones entre los distintos casos en una materia tan abierta como ésta.